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El profesorado vive estos días bajo una esforzado presión por tener y querer dar respuesta a las deyección educativas y emocionales del alumnado sin que se pierda nadie por el camino. Les preocupan muchos aspectos: la situación que están viviendo los alumnos, los medios digitales de los que disponen, cómo realizar un correcto seguimiento potencial, cómo hacer que los alumnos sigan aprendiendo y cómo agregar a las familias. 

Dejen actuar a los profesionales

La estructura de este tercer trimestre inusual parece olvidar lo más primordial e importante: ¡preguntar al profesorado cómo hacerlo! Volvemos a caer en el error de escuchar a “gurús” educativos que explican cómo debe hacerse sin favor entrado nunca en las aulas y, si lo han hecho, hace ya muchos primaveras. Volvemos a caer en el error de no preguntar a los maestros que están trabajando e inventando cómo conectar con sus alumnos, acompañarlos y seguir explicándoles. Volvemos a caer en el error de no escuchar a las familias para que nos expliquen cómo podemos ayudarles a hacer que este periodo no se convierta en una lucha con sus hijos. Cuando entendamos que para encontrar soluciones en la educación hay que preguntar a sus profesionales todo podrá cambiar. ¡Es fundamental no olvidar que todo el alumnado no tiene las mismas características ni deyección y los “responsables políticos” siguen dando consejos generales que llegan a ser ridículos! Volvemos a olvidar la perduración del alumnado, su origen socioeconómico, sus niveles de aptitud, su motivación o rendimiento, la ayuda que le puede ofrecer la clan conociendo que muchas están padeciendo un gran sufrimiento psicológico por su situación profesional.

Puedo afirmar, porque lo conozco de primera mano por ser la Responsable del Campo de acción Pedagógica de 22 colegios, que los Equipos Directivos, el profesorado, los especialistas de atención a la pluralidad han reaccionado de forma impecable delante de esta situación trabajando duro para organizar un tercer trimestre adaptándolo a las particularidades del momento. En estos días la personalización del estudios adquiere más importancia que nunca y por ello, todos están trabajando para hacerlo posible. Entiendo las quejas de muchas familias cuando expresan que se sienten desbordadas por el inmenso masa de trabajo que tienen que realizar sus hijos quizás por una posible equivocación de coordinación entre el mismo profesorado. Admito la fallo y sé que en todos los centros se está trabajando en ello. Incluso pienso que ahora las familias y la sociedad en universal han podido ganar a entender mejor que el trabajo del profesor es mucho más que enseñar a dividir y poner ejercicios. El trabajo que se realiza en el cátedra a nivel curricular siempre va acompañado de un seguimiento personalizado y emocional de cada discípulo y un séquito a las familias que ahora se intenta hacer a través del e-mail, videos explicativos, videollamadas o con whatsaaps. Ahora más que nunca las familias y los profesores deben ir de la mano por el aceptablemente de cada escuincle o novato… y en muchas ocasiones se está haciendo. El profesor está liderando esta difícil situación y lo está haciendo con profesionalidad y muchísimas horas de dedicación.

El cuerpo docente se ha comprometido más que nunca para seguir atendiendo a todo el alumnado, pero cuando digo a todo, quiere proponer eso: ¡a TODOS! especialmente a los más vulnerables o en aventura de restricción. Nelson Mandela afirmaba que “La educación es el armamento más poderosa que podemos usar para cambiar el mundo” y esto pasa por personalizar la educación.

Si poco positivo tiene esta pandemia es que nos hará reconceptualizar el papel del profesor en el cátedra, del discípulo, la papeleo del currículo y la propuesta curricular y especialmente el de la evaluación, y claro no todo recae en introducir ipads en las aulas ya que hemos pasado que la educación es mucho más. Lo reflexionaba en uno de mis posts titulado “El cambio en la Educación NO está en la innovación”

Se abren grandes desafíos para la educación y las escuelas, para el profesorado y el alumnado, para las familias.

La educación y las escuelas no son buenas o malas lo son los profesionales que trabajan por y en ellas y en nuestro país se está demostrando que hay muchos docentes preparados y comprometidos con su trabajo. Por este motivo, Señores ministros y responsables políticos, periodistas, locutores de radiodifusión… para liderar este cambio de molde: ¡dejen que esta respuesta educativa la lideren los docentes! Pregúntenos ayer de atreverse. Dispongan de nuestro conocimiento acumulado, de nuestra experiencia para diseñar la escuela del futuro, sino este chiquero no habrá servido para ausencia.

¡Atinado final de curso para todos!

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